Vía Láctea
La galaxia de la Vía Láctea, o simplemente la Vía Láctea, es
una galaxia espiral donde se encuentra el sistema solar y a su vez se encuentra
la Tierra. Según las observaciones, posee una masa de 1012 masas solares y es
una espiral barrada. Su diámetro medio se estima en unos 100 000 años luz,
equivalentes a casi un trillón y medio (1,42×1018) de kilómetros o 9480 millones
de unidades astronómicas. Se calcula que contiene entre 200 000 y 400 000
millones de estrellas. La distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia
es de alrededor de 25 766 años luz (7900 pc), es decir, el 52 % del radio total
galáctico. La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta galaxias
llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante tras la galaxia de
Andrómeda (aunque puede ser la más masiva, como lo muestra un estudio
reciente).
El nombre Vía Láctea proviene de la mitología griega y en
latín significa camino de leche. Esa es, en efecto, la apariencia de la tenue
banda de luz que atraviesa el firmamento terrestre, y así lo afirma la
mitología griega, explicando que se trata de leche derramada del pecho de la diosa
Hera (Juno para los romanos). Rubens representa la leyenda en su obra El
nacimiento de la Vía Láctea. Sin embargo, ya en la Antigua Grecia, el astrónomo
Demócrito (460 a. C.-370 a. C.) sugirió que aquel haz blanco en el cielo era en
realidad un conglomerado de muchísimas estrellas demasiado tenues
individualmente como para ser reconocidas a simple vista. Su idea, no obstante,
no halla respaldo hasta 1609 cuando el astrónomo italiano Galileo Galilei hace
uso del telescopio y constata que Demócrito estaba en lo cierto, ya que a donde
quiera que mirase, aquel se encontraba lleno de estrellas.
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